DESCRIPCIÓN

El objetivo de esta práctica agraria es proporcionar al agricultor una serie de recomendaciones agronómicas, técnicas y económicas que permitan realizar un correcto uso de los recursos para hacer su gestión más eficiente. Para ello, la implantación de esta práctica suponen la utilización de los sistemas públicos y privados de asesoramiento al regante de cara a que los agricultores y técnicos conozcan mejor las necesidades de su explotación. De esta manera, el agua será sólo aplicada en la cantidad y en el momento adecuados, con el consecuente ahorro de recursos hídricos y energéticos.

BENEFICIOS

La implantación de todas estas recomendaciones tiene un efecto beneficioso sobre la adaptación al cambio climático, dado que al hacer más eficiente la gestión de los recursos se consigue una disminución del consumo de agua destinado al riego, lo cual es fundamental para hacer más sostenibles los sistemas agrícolas y adaptarlos a futuras restricciones.

Por otro lado, la reducción del volumen de riego contribuye también a la mitigación del cambio climático, ya que supone un menor consumo energético necesario para su aplicación en parcela.